Roble común

Quercus robur L.

Carballo

Familia: Fagaceae

Árbol caducifolio

Floración: de marzo a mayo

Especie monoica, con flores unisexuales

Origen: Centro, oeste y norte de Europa, hasta los Balcanes, los montes Urales y el Cáucaso. Se encuentran en valles y montañas litorales, en zonas con un período seco muy corto y un clima húmedo y oceánico, desde el nivel del mar hasta los 1.000 m de altitud

Porte: puede alcanzar los 45 m

Hojas: caducas, lobuladas, glabras, más claras por el envés; de 5 a 18 cm de longitud y de 3 a 10 cm de ancho

Fruto: denominado bellota, dispone de un pedúnculo largo y de una cúpula de escamas imbricadas. Son frutos de 2 a 4 cm de longitud y de 8 a 18 mm de ancho; maduran al final del verano y caen a principios de otoño

Flor: amentos masculinos aislados de 5 a 13 cm de longitud; flores femeninas en grupos de 2 a 3 sobre un largo pedúnculo

Otros datos: su corteza es grisácea, bastante lisa, que termina por agrietar y oscurecer con la edad

Utilidades: su madera es de muy buena calidad y de difícil putrefacción, incluso en el agua, por lo que ha sido y es usada para la construcción naval, en ebanistería, en la fabricación de muebles, en tornería, en la talla de esculturas o en tonelería. Hay ejemplares de grandes dimensiones distribuidos por toda Galicia, algunos de ellos incluidos en el Catálogo gallego de árboles singulares. Es una especie muy longeva que puede alcanzar los 500 años de edad. También se usa con fines ornamentales. Sus bellotas forman parte de la alimentación de muchos animales

Necesidades: requiere climas húmedos con influencia fría, precipitaciones anuales de entre 900 a 1.350 mm y preferentemente exposición al sol. Crece en suelos profundos, neutros, con humedad y ricos en materia orgánica. Resiste heladas y vientos fuertes, la cercanía al mar y también la contaminación urbana, pero no tolera la industrial