Camelia japónica
Camellia japonica L.
Familia: Theaceae
Arbusto perenne
Floración: de otoño a primavera
Origen: Asia Oriental; el 90 % de las especies conocidas actualmente procede de China
Porte: arbusto o arbolillo que puede alcanzar entre 5 y 10 m de altura dependiendo de la variedad
Hojas: pecioladas, ovales, con el haz verde oscuro y el envés más pálido, gruesas y con el margen dentado. El tamaño oscila entre 5 y 8 cm de largo, pero difiere de unos cultivares a otros. La forma también es muy variable
Fruto: sólo aparece en variedades con carpelos fértiles, generalmente simples o semidobles. Es una cápsula esférica de unos 3 cm, bi o trilobular, con una o con varias semillas por cavidad
Flor: terminales, solitarias o en parejas; de tamaño variable, entre 6 y 10 cm de diámetro. La forma depende del cultivar, y pueden ser simples, dobles, semidobles, con forma de rosa, de anémona o de peonía. El color varía desde el blanco al rojo más o menos intenso, pasando por todas las tonalidades del rosa e, incluso, pueden ser variegadas, punteadas, rayadas…
Otros datos: actualmente existen más de 20.000 cultivares registrados en el International Camellia Register, y este número aumenta cada año con la aparición de nuevos cultivares originados por viveristas y personas aficionadas
Utilidades: especie cultivada en Japón como ornamental desde hace siglos y también muy apreciada en Occidente por sus hojas y su floración invernal. Algunas variedades producen frutos con semillas con alto contenido en aceite, muy usado en China y en Japón tanto en alimentación como en cosmética desde hace siglos, y desde hace poco también en Occidente
Necesidades: es propia de climas templados y húmedos, con lluvias abundantes. Crece mejor a la sombra y al abrigo de árboles más altos. Se desarrolla en suelos ácidos, ricos en materia orgánica y bien drenados. Aunque no requiere una poda anual, responde muy bien a ella, y es necesaria cuando se quiere hacer la planta más compacta y arbustiva o para darle una determinada forma. Es adecuada para la formación de setos, tanto formales como informales, e incluso para topiarios