Nos enfrentamos a un escenario en el que la temperatura media de la tierra podría aumentar tres grados este siglo. Las consecuencias ya son visibles: el calentamiento de los océanos, con el consiguiente deshielo, provoca la subida del nivel del mar. La agricultura, el turismo o el agua son especialmente vulnerables al impacto del cambio climático.

Es preciso apostar a fondo por las energías renovables, reducir las emisiones de gases a la atmósfera y avanzar así hacia una economía baja en carbono. La concienciación de las empresas y la sociedad también resulta clave en el cumplimiento de este ODS.