EXPOSICIÓN

Un pequeño jardín

La metáfora de un mundo imaginado

Del 8 de noviembre de 2023 al 10 de enero de 2024

Sala Rosalía de Castro. Sede de la Diputación en Vigo

Inauguración: 8 de noviembre, a las 19 h


Los jardines han sido desde la antigüedad considerados como imprescindibles en cualquier construcción que se considerara importante, como los palacios o templos. En el Antiguo Egipto simbolizaban la imagen del paraíso en la Tierra.

Este concepto del jardín como paraíso terrenal nunca ha dejado de existir.

Los jardines forman parte de nosotros, habitan en nuestro pensamiento. Son un pequeño espacio natural donde queda reflejado nuestro mundo interior. No solamente hacemos una construcción mental de cómo sería la casa de nuestras vidas, también moldeamos nuestros jardines ideales.
Estos espacios poseen un especial interés, por ser lugares anhelados y mágicos. En ellos es más fácil retornar a la niñez y reservar un espacio para la naturaleza, la contemplación, la relajación o, simplemente, para estar con nosotros mismos, dejándonos llevar por la belleza de una naturaleza que intenta llegar a la perfección a través de un orden intencionado. Lo mismo que sucede en el arte, cuando este tiene como intención conseguir la perfección de la naturaleza.

Como cualquier obra creativa, y el jardín participa sin duda de esta naturaleza, es el reflejo de la personalidad de su autora o autor, que generará sintonía o falta de ella en la persona que la contempla. La disposición de los elementos del jardín, los colores, la abundancia de flores o la ausencia de ellas componen un conjunto con el que es fácil identificarse o no.

Galicia está llena de jardines, de vecinas y vecinos que dedican su tiempo y su espacio a cuidar de la naturaleza. Podríamos hablar incluso del jardín como elemento social, pues cuando nos fijamos en las ventanas, balcones o jardines, podemos ver como una casa comparte las mismas plantas que la de su vecina o vecino, ya que es costumbre regalar e intercambiar fácilmente estas joyas de la naturaleza.

De este modo, el jardín no es solamente un lugar hermoso, sino algo mucho más complejo, que alcanza un carácter social, sanador y sostenible.

En mi cotidianidad no alcanzo a pensar en un tema que capte más mi atención, animada por la cruda realidad, donde parece que no existe lugar para la colectividad y el medioambiente se degrada ante nuestros ojos, sin que hagamos apenas nada para evitarlo.

La representación del jardín como tema de esta exposición funciona como metáfora del mundo que muchos soñamos tener, un mundo más verde, más cerca de la naturaleza, más sostenible.

La visión de las artistas presentadas nos acerca a unos paisajes que cada vez cuesta más encontrar.

Sus obras intentan servir como refugio o reducto de un mundo que está cambiando y que, frecuentemente, relega la naturaleza al papel de simple medio para obtener riquezas materiales, mientras descuida todo lo que aporta al ser humano en el aspecto inmaterial, absolutamente esencial.
Las artistas sueñan con jardines que encierran en sí mismos una concepción del mundo; cada una con una propuesta de un “jardín-mundo”.

El conjunto de las obras crea un diálogo entre ellas, en torno a dos puntos en común: la naturaleza como inquietud y una forma de trabajar semejante.
Aunque las modalidades de expresión sean distintas, todas las artistas trabajan con un amor por el pequeño detalle. En general, son obras de pequeño formato, que buscan una mirada pausada, cercana, propia de una o un espectador con tiempo para contemplar, que sepa acercarse a ellas igual que alguien se acerca a observar una abeja que revolotea cerca de una flor.

Y es que la contemplación visual del arte y de la naturaleza pueden resultar muy semejantes.

Marta Fortes, comisaria

Artistas

Maritza Berttolini

Nuria Figueiredo

Marta Fortes

Luján Grassí

Brenda Novas